jueves, 28 de abril de 2011

Qué quiere Dios de mí?

Qué quiere Dios de mí?

Al pasar de los años hay algunas preguntas existencialistas, que como humanos nos hacemos. De dónde venimos?, de donde sale el hombre?, somos creación o somos parte de un proceso de evolución de la humanidad?, Cuál es nuestro propósito en la vida?, para qué estamos en este mundo? Todas y cada una de esas preguntas tienen su respuesta en la biblia.

Sabemos que somos creados por Dios, que nos ha llamado para anunciar las buenas nuevas y para alabanza y gloria de su nombre. Que nos ha llamado para ser sus hijos. Pero la cuestión es que a parte de un propósito general y congregacional, el Señor ha puesto en cada uno un propósito individual, una meta, y nos ha dado dones y talentos para llegar a esa meta.

Recientemente regresé de un viaje de estudios, por el cual me ausenté del país 2 años y medio, al regresar, he notado el progreso de muchos en las áreas para la que el Señor les ha preparado, otros siguen igual, y otros, quizá por algunos incidentes o tropiezos en la vida, han retrocedido en el cumplimiento de su propósito.

Al visualizar ese cambio en algunos, me ha llevado a pensar, qué fue lo que marcó la diferencia en cada uno de ellos?, y es simple, los que se han progresado, han podido identificar sus dones, sus talentos y sus habilidades, y no obstante a eso, los han desarrollado, han estudiado, les han dedicado tiempo, no se han quedado estancado y no se han conformado. Algunos los han desarrollado por medio de estudios o arriesgándose por medio de proyectos.

Todos somos diferentes, y por ende, todos tenemos propósitos y metas distintas, y a su vez, dones, talentes y habilidades distintas, unos trabajan directamente para servicio de la iglesia, pero otros trabajan fuera de la iglesia, algunos tienen un propósito dentro de la iglesia, y otros tiene propósitos en otros proyectos que no tienen que ver con la iglesia. El pueblo de Israel tenía 12 tribus de las cuales solo una ministraba y estaba dedicada al servicio del templo.

Pero la cuestión es, estamos nosotros rumbo a nuestra meta?, ya hemos identificado los dones, talentos y habilidades que Dios nos ha dado?, los estamos desarrollando o estamos trabajando en algo distinto para lo que no hemos sido llamados?, nos estamos preparando con estudios o estamos estancados y conformándonos con lo que tenemos? Estamos perdiendo el tiempo en otras cosas que no nos ayudan al cumplimiento de nuestra meta?

Algunos no tienen bien claro su propósito individual, pero podemos identificar en qué somos buenos o qué podemos desarrollar en nosotros que puede servir de provecho y empezar a trabajar en eso. No seamos conformistas, arriesguémonos pidiendo dirección del Señor, y si caemos o fallamos de alguna manera, no sentirnos vencidos, sino aprender de nuestros errores, sabiendo que también ha sido parte del plan de Dios que podamos aprender de nuestros fallos. Tratemos de no desviar nuestra mirada del propósito final de Dios para nuestras vidas.

Bendiciones,

Nelson Soto

28-04-2011